«Un humedal es todo cuerpo de agua, dulce o salado, natural o artificial, que conforma un ecosistema en donde conviven lo terrestre y lo acuático. Puede ser un río, un lago, una salina o hasta la costa del mar». Define inicialmente la doctora en Ciencias Geológicas y docente de la licenciatura en Ambiente y Energías Renovables, Ana Guzmán.
Distintos sectores ambientalistas y de la academia vienen haciendo hincapié en la importancia de comenzar a discutir lo que sucede en torno a la desprotección que sufren los humedales y la implicancia que ello tiene en relación a la crisis climática a la que asistimos. En ese sentido, la directora del Centro de Estudios de Ordenamiento Ambiental del Territorio del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) realiza un análisis sobre las reglamentaciones vigentes, realidad del sector y principales problemáticas que se enfrentan.
Desde hace años el grupo de investigación al que pertenece Ana Guzmán viene trabajando en distintas líneas de investigación y extensión en torno al ordenamiento del territorio, lo que la ha llevado a relevar las condiciones ambientales de diferentes sectores. «En primer lugar creo que es indispensable que seamos conscientes de que en Villa María y alrededores tenemos diversos espacios que se constituyen como humedales, y la conservación de los mismos depende no solo del cuidado que cada uno hace, sino que requiere fundamentalmente de la implementación de normativas preventivas», señala la investigadora y añade: «El Proyecto de Ley de Humedales apunta justamente a eso, una propuesta de protección y de manejo de estos espacios a lo largo y ancho del país porque lo que se necesita es poder tener un control y un respaldo normativo que impida que ciertos sectores no sufran alteraciones que luego afecten al ecosistema y los seres que allí habitan».
Respecto a esto, la docente refiere que el mayor inconveniente que ella percibe tiene que ver con que las políticas son proyectadas con perspectivas de remediación y no de prevención. «En materia ambiental es muy común ver que se presenta una reglamentación luego de sucederse algún desastre ambiental que altera directamente la vida cotidiana de la sociedad y es imprescindible cambiar ese paradigma para evitar que se sigan arruinando ecosistemas sumamente necesarios, porque lo que se pierde difícilmente se recupere en su totalidad», enfatizó.
Marco legal y económico
En cuanto al marco legal internacional, Ana comentó que desde los años 70 los humedales están protegidos concretamente por un convenio establecido que se originó para la preservación de aves migratorias (convenios RAMSAR). «Los humedales son espacios a los que también año a año llegan aves que emigran y buscan lugares con ciertas condiciones climáticas donde pasar la temporada. Por ejemplo, en Villa María se han avistado aves migratorias importantes para la diversidad de esta zona, por eso el hecho de proteger estos espacios va más allá, debe tener una perspectiva de cuidado integral», mencionó la investigadora local.
Además, Guzmán remarca que otra problemática que afecta a la conservación natural de los humedales tiene que ver con intereses económicos que principalmente implican el desmonte en las zonas aledañas. «Al ser el humedal un sistema complejo, no podemos pensar en sólo conservar el espacio donde está el cuerpo de agua, sino que tenemos que proteger un entorno mucho más amplio que eso. Si se desmonta alrededor, cuando llueva toda esa agua va a confluir en el humedal logrando que este se colapse, modificando ese espacio y alterando la vida de todas las especies que allí habitan».
En relación a lo que sucede concretamente en el radio villamariense y alrededores, la docente comenta que se replica lo que sucede en otros estamentos: «Si bien a nivel local contamos con ordenanzas, como lo es por ejemplo la que contempla la conservación del espacio del Algarrobal, esta no está pensada como una política en favor de un humedal, aunque si preserva ese sector en donde eventualmente conviven lo terrestre con lo acuático. Lo que necesitamos son políticas específicas que atiendan la necesidad urgente de estos ecosistemas en concreto».
Una oportunidad para Villa Nueva
Al consultarle por la situación actual de los humedales del sector, la investigadora destaca el potencial que tiene la vecina ciudad villanovense.
«En Villa Nueva tienen una oportunidad muy grande, allí la urbanización aún no ha cooptado por completo ciertos sectores, aunque hace poco por ejemplo perdieron una laguna donde había Martín pescador y otras especies por un loteo, si esos espacios fueran planificados con una perspectiva ambiental se podrían proteger», destaca Guzmán y finaliza: «Desde nuestro grupo de investigación trabajamos mucho resaltando la importancia que tiene proyectar contemplando el ordenamiento territorial ya que eso es lo que va a otorgar previsibilidad a largo plazo. Actualmente desde un proyecto de extensión que dirige el docente Fernando Gallego estamos llevando a cabo un relevamiento para habitantes de ambas ciudades que concretamente apunta a tener información respecto a cuánto conocen en relación a su entorno natural, porque saber brinda la posibilidad de cuidar y prevenir».
Vías de contacto:
Instagram: @periurbanos_unvm
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