Luciana Vaquera eligió la Universidad Nacional de Villa María para estudiar su carrera de grado y esa decisión la llevó a trasladarse y radicarse a más de 1300 kilómetros de su hogar en La Quiaca, Jujuy. Hoy cierra esa etapa con «profunda nostalgia» por el tiempo vivido en la ciudad y se lleva un proyecto profesional con impacto de valor agregado para su provincia. 

La Universidad Nacional de Villa María (UNVM) en sus casi treinta años de trayectoria ha sido protagonista de un sinfín de historias que combinan el desarrollo personal con el impacto territorial. Esa característica se materializa hoy con el relato de Luciana Vaquera quien, luego de haber cursado sus estudios de grado en el Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas, cerró su etapa como estudiante de la ingeniería en Alimentos con un proyecto final que ya se está implementando en una zona rural de la Provincia de Jujuy.

Se trata de una iniciativa que trabaja en el reaprovechamiento de la carne de llama a partir de la producción de mortadela con quínoa a nivel artesanal.

«Normalmente en la Provincia de Jujuy la carne de llama se comercializa sin ningún tipo de valor agregado. Es decir que los productores la venden en mercados locales o regionales sin ser procesada y por lo tanto a un mismo precio», comenta la egresada y añade: «El cambio que propongo con este proyecto es que ese productor que se dedica a la cría de llama tenga una alternativa para su comercialización y pueda a su vez generar un nuevo producto que le habilite otros ingresos a su sistema predial».

Al ser consultada acerca de aplicación de esta iniciativa la ingeniera comenta que actualmente el desarrollo ya está en funcionamiento y que fue posible a partir del montaje de una sala de producción de derivados cárnicos, la cual está instalada en la Escuela Provincial Agrotécnica de Cieneguillas, donde ella misma se desempeña como docente.

«Gracias al proyecto desarrollado para mi trabajo final en la actualidad logramos montar las instalaciones en la escuela y, con la carne que nos acercan los productores, elaboramos esta mortadela siguiendo todos los pasos que demandan este tipo de producciones alimenticias y después ese producto es comercializado en ferias», relata y suma: «Además, también lo que hacemos es capacitar en comunidades para que quienes quieran puedan incorporar esta alternativa y así tener su propia producción».

Resulta importante mencionar que la localidad de Cieneguillas se encuentra a casi al límite con Bolivia, está a aproximadamente a dos horas de La Quiaca, de donde es oriunda Luciana y allí asisten a la escuela niños y niñas que residen en el pueblo y en esa zona rural de Jujuy.

«Esta propuesta es sumamente valorada por la comunidad desde el hecho que uno esta revalorizando un producto local como lo es la carne de llama y además cuidando prácticas ancestrales. No sólo se trata de colocar algo nuevo en las comunidades sino también rescatar todos los saberes que han hecho sobrevivir a estas personas en sus localidades» destaca la ingeniera y añade: «Lo que este proyecto también quiere es que, a partir de este pequeño valor agregado, los jóvenes no se vean obligados a migrar y puedan permanecer en sus localidades incorporando una producción propia y novedosa»

Al momento de concluir, Soledad, destacó: «Recordaré siempre mi paso por esta Universidad y la ciudad con profunda nostalgia. Hoy lo más satisfactorio para mí además del título es haber podido poner un granito de arena en el lugar de donde uno es»