El diseñador industrial y docente del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la UNVM, Iván Flucia, planteó un enfoque ecléctico para “romper la estandarización” y pensar “diferentes estrategias para revertir el ciclo de vida del producto”.

Desde hace algunos años, Iván Flucia trabaja en la búsqueda de un rol más protagónico y más amigable del objeto con el ser. Para ello, reflexiona acerca del hacer en diseño industrial y su vínculo con el medio ambiente y con las personas.

-¿Cómo se vincula el diseño industrial con el ambiente y las personas?

-Las décadas fueron marcando un cambio al que hay que prestarle atención acerca de qué manera el diseño industrial, como disciplina, puede empezar a hacer un aporte desde la reflexión; porque si seguimos sobre la línea tradicional con la que el diseño industrial fue concebido, la estandarización y la tipificación, estamos viendo los problemas que se definen bajo los puntos críticos: El concepto de tecnósfera.

-Justamente la UNESCO considera que hay “un peso insostenible de la tecnósfera”. ¿Cómo llegamos a eso?

-Los científicos empiezan a ver que es insostenible si seguimos al paso que venimos trabajando con las industrias, es decir con la mega producción. En las potencias mundiales están mostrando y demostrando la producción masiva en serie de productos que muchas veces ni siquiera estamos necesitando. Esta cuestión de producir para comercializar, para vender, para generar un mercado de consumo; está empezando a hacernos reflexionar más que nada el punto de vista del diseño. Es decir, cómo podemos plantear desde el diseño rediseños de estructuras políticas, estructuras socioeconómicas y de qué manera un conjunto de disciplinas pueden formar parte de plantear un horizonte que le ponga un freno a esta situación. No de dejar de producir, pero sí de dejar de producir de la manera en que se lo está haciendo.

-Esto tiene que venir acompañado de un cambio cultural para disminuir estos niveles de consumo, pero al mismo tiempo pensar un diseño industrial que aporte a eso.

-Exactamente. Para decirlo rápidamente, el objeto es el producto. El producto industrial ha perdido la capacidad de homeostasis, es decir, esta capacidad de que lo que crea el hombre no tiene capacidad de volver a incorporarse del medio de donde salió que es la biósfera. Es este material natural, que tuvo un origen natural, pero después de haber sido procesado vuelve a la biósfera, vuelve al planeta, vuelve a los seres vivos a formar parte de ellos, pero no de una manera compatible, sino de una manera agresiva. Entonces hay que ponerle un freno. Eso es lo que se concibe hoy como la tecnósfera.

-Y vos incorporás también el concepto de “objeto actante”. ¿A qué haces referencia?

-Cuando empezamos a hablar del ser, empezamos a darle un rol al objeto, un rol actancial. Esto no deviene de mí, es una idea que estaba planteada por Greimas ya en el siglo XIX, que investigó al objeto desde la acción como agente, como agencia, como lo es el ser humano, que tenga la capacidad de interactuar con la biósfera, entendiendo la biósfera con conectividad con el pensamiento humano. Esta interacción del objeto con el pensamiento, con la capacidad de interactuar con él, pero al mismo tiempo el objeto amigable para que pueda accionar, actuar con una capacidad ya más de homeostasis, más amigable y dejar de trabajar con los materiales industriales nocivos y contaminantes. Busca darle un rol más protagónico y más amigable al objeto con el ser humano, con el ser.

-Hacés referencia también a un eclecticismo en esta definición. ¿Por qué llegás a ese punto?

-El eclecticismo es un conjunto de elementos heterogéneos. Si hablamos de pedagogía, hablamos de diferentes modelos de enseñanza y de aprendizaje. Si hablamos de diseño, hablamos de diferentes materiales, diferentes tipologías. La idea de pensar en un diseño ecléctico es pensar en romper la estandarización desde el punto de vista, por ejemplo, del uso de los plásticos. El plástico ha incursionado en todos los aspectos, en todas las ramas del diseño industrial, en todas las ramas de la producción industrial, no solo los polímeros, sino los materiales de alta tecnología que deviene en esto una gran utilización de energía para poder procesarlos. Es decir, la cadena de valor de producción, tal vez de un elemento que nosotros tengamos en la mano no conocemos hacia atrás el gran impacto que ha generado para poder llegar a nuestras manos y lo que va a seguir generando después que nosotros lo descartemos. Por eso es que el eclecticismo es un enfoque de diferentes estrategias para poder empezar a revertir el ciclo de vida del producto. Es decir, si yo voy a utilizar algo muy poquito tiempo y lo voy a descartar, no tenemos idea del impacto medioambiental que ha generado en la biósfera y lo que va a seguir generando después. Por eso muchas organizaciones y científicos ya están hablando de la tecnósfera como una capa más, como la biósfera, la hidrósfera, la atmósfera; ya es una capa más que la ha generado el hombre, y eso es el impacto ambiental que vamos a dejar como legado para las próximas generaciones. Por eso se está hablando de tecnofósiles. Estamos dejándoles a las generaciones que vienen tecnofósiles imposibles de revertir porque no le hemos dado en el diseño un diseño de uso con materiales con capacidad de homeostasis, que es un poco lo que estamos planteando en las distintas asignaturas, en las distintas cátedras con los estudiantes en la Universidad, principalmente de años finales donde empiezan a ver ya este tipo de reflexión y cómo aplicarlo, por ejemplo, a través del diseño modular.

-¿Y la industria 5.0 apunta a solucionar esto?

-Si, esa es la idea. En el año 2015 se sancionó una norma en la Comunidad Europea donde ya de principio adhirieron 90 países. Aquí en Córdoba, ya hace unos años que se ha armado una planta de reciclado, por ejemplo. De todas maneras, el reciclado es solamente una cura paliativa transitoria, porque no podemos pensar que el reciclado va a ser el futuro. Tenemos que dejar de hacer basura para que dejen de existir las plantas de reciclado. La idea es generar productos con homeostasis, resiliencia medioambiental en la biósfera.

-Pensar la economía circular, no desde reciclar, sino desde dejar de consumir.

-Exactamente, desperdicio cero. Lo que se conoce como zero waste. Va a cambiar la tipología, por ejemplo la morfología, la geometría, la semántica en sí, de lo que la forma nos muestra hoy a través de un electrodoméstico que está concebido en un molde, en una matriz por inyección. Y desde ese punto de vista uno puede liberar ciertos aspectos que son los que generan el descontrol. Entonces, de esa manera, el eclecticismo, el diseño ecléctico, es pensar en nuevos materiales, materiales industriales naturales, es decir, materiales que tengan fibra, que sean de origen natural, de origen terrio. Es decir, ya se están viendo en otros países del mundo electrodomésticos hechos en cerámica, en vidrio, en cemento y electrodomésticos que han roto un poco la tipología y la geometría de lo que nosotros hoy conocemos. Es una evolución, pero eso necesita, como toda evolución, una reorganización y lleva tiempo.

-¿Cómo se receptan esas ideas?

-Repensar la apertura de ese sistema cerrado está en la modularidad. En la modularidad uno permite la inclusión. Te dejo un ejemplo. Uno compra una cocina y tenés un costo que no todo el mundo puede adquirir. Vos en la cocina tenés cuatro hornallas, pero hoy se ha reorganizado la sociedad. No todo el mundo vive en familia, no todo el mundo vive tampoco solo. Es decir, la organización que hace de grupos familiares o no que consuman ese producto ya hace que la arquitectura del producto esté obsoleta. Con la modularidad se están abriendo los sistemas de arquitectura de producto cerrado, replanteando materiales, inclusive con fábricas que están produciendo materiales de origen ya más natural. Tratar de no utilizar más los plásticos o por ejemplo el acero inoxidable, que es un material de un ciclo de vida que prácticamente es infinito, pero el producto en sí es finito, o sea, la materia prima es finita, pero el ciclo de vida es infinito. Entonces, si uno plantea modularidad, permite adaptarlo al consumo, al poder adquisitivo y a la necesidad. Yo si quiero una cocina de una hornalla o de dos hornallas, puedo elegir el tamaño de la hornalla, si lo quiero con horno o sin horno, pero eso es todo una situación modular donde cuando vos vas a comprar podés configurar lo que querés y te entregan el producto modulado a tu necesidad y a tu poder adquisitivo, por ese lado va.