Así se refirió el médico veterinario docente de la Universidad Nacional de Villa María y especialista en epidemiología, Federico Layún, al ser consultado por la escalada de casos de dengue durante las últimas semanas.

El último informe epidemiológico publicado por el Ministerio de Salud de la Nación confirmó más de 33 mil casos de dengue en el país para el período comprendido entre julio 2023 y enero de 2024. De esos, más de 30 mil son autóctonos, es decir que se trata de personas que fueron contagiadas por un mosquito aedes aegypti que circula en la zona. En esa estadística, Córdoba ocupa el tercer lugar con más infecciones dentro de las provincias que conforman la región centro sur del país.

Estos indicadores contrastan fuertemente con lo que fue el mismo período durante 2022 y 2023, en donde se informaron solo 23 casos y a raíz de esto el docente de salud pública de la carrera de Medicina Veterinaria del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la UNVM, Federico Layún, brindó detalles acerca de la enfermedad y como prevenir su contagio.

«La enfermedad es transmitida por el mosquito que pica a una persona enferma de dengue y luego pica a otras personas, no se transmite de forma directa de una persona a otra, ni a través de objetos. Al ser una afección sistémica, no se puede identificar un ‘foco’ u órgano en particular que se vea atacado, sino que se puede manifestar de maneras inespecíficas», aclaró el docente y añadió: «El síntoma más común es la fiebre acompañada de otros síntomas como dolor muscular, articular, de cabeza, detrás de los ojos y hasta sarpullido, pero también puede manifestarse con sangrado de nariz o encías, entre otros»

Según explicó Layún en la entrevista, los mayores índices de afecciones por dengue se dan en períodos estivales y en zonas del país con climas más calurosos y húmedos, en donde el mosquito encuentra un ecosistema ideal para reproducirse. Además, comentó que generalmente hay un corte de reproducción de mosquitos durante el invierno.

«Lo que sucedió durante 2023 es que no tuvimos un frío con temperaturas lo suficientemente bajas y constantes para evitar la reproducción del mosquito y así llegar al inicio del verano con una curva de contagios acorde a ese período. En contraposición a eso, lo que tuvimos fue un invierno corto y poco significativo en temperaturas, lo que nos llevó a sostener la circulación en algunas jurisdicciones del país, manteniendo la oferta viral y casos durante todo el año los cuales aumentaron durante la primavera, en coincidencia con el incremento de las poblaciones de aedes aegypti«, detalló el epidemiólogo.

A su vez, aclaró que si bien el dengue en algunos casos puede transitarse sin signos de alarma también puede derivar en un cuadro de salud grave, sobre todo si se trata de una persona que ya tuvo dengue y se infecta nuevamente.

«El cuadro grave puede ser más probable en personas que están transitando la enfermedad sin haber sido diagnosticadas que se auto medican frente a síntomas como la fiebre, logrando una disminución de esta sintomatología en particular pero no impidiendo que la infección siga desarrollándose pudiendo agravar el cuadro» comentó y agregó: «Esto puede llevar a casos que terminan en internaciones con diferentes pronósticos, porque consultan al médico recién cuando el cuadro es avanzado. Por ello, ante la aparición de síntomas es de vital importancia no automedicarse y consultar al centro de salud más cercano».

Es importante mencionar que Layún además de su trabajo en la Universidad, se desempeña en la Dirección de Epidemiología de la Municipalidad de Córdoba, enfocándose fundamentalmente en la vigilancia de eventos zoonóticos y vectoriales, lo que le da una amplia perspectiva en lo que respecta al abordaje de este tipo de casos.

«Lejos de asustar, es necesario dimensionar el riesgo que supone el dengue. Recientemente hemos participado de un relevamiento financiado por la Dirección de Investigación en Salud del Ministerio de Salud de la Nación y pudimos relevar que gran parte de la población, sobre todo los más jóvenes, tienen una percepción del riesgo baja o muy baja respecto a lo que implica el contagio de esta enfermedad, esto podría llevar a que se relajen en relación a los métodos preventivos o a no creer necesaria la consulta con el médico frente a alguno de los síntomas».

Al ser consultado por la vacuna, Layún relató que actualmente en el mercado farmacéutico de Argentina se puede conseguir la dosis, pero recomienda el asesoramiento previo de un profesional de la salud que evalúe cada situación particular.

«El dengue es una enfermedad difícil de controlar a partir de una sola estrategia, dado que abarca diferentes áreas como salud, educación, vivienda y ambiente, entre otras y por eso es crucial la generación de políticas públicas, acompañadas por la toma de conciencia por parte de la población respecto al riesgo que representa», destacó el médico veterinario.

Métodos preventivos

En relación a la prevención, Layún comentó que principalmente hay que evitar la acumulación de agua en cualquier tipo de recipiente natural o artificial que tenga bordes lisos dónde la hembra de aedes puede adherir los huevos. Estos pueden ser floreros, recipientes con plantas en agua, baldes, botellas, neumáticos o electrodomésticos en desuso, resumideros o todo tipo de receptáculo con capacidad de mantener agua estancada, además de desmalezar los espacios verdes; dado que la maleza sirve de alimento también para los mosquitos.

«En caso de no poder evitar la acumulación de agua, es clave impedir que ese depósito se transforme en un criadero, tapándolo, agujereándolo, colocándole una tela mosquitera, dándolo vuelta o tirando agua hirviendo sobre sus bordes regularmente; es decir neutralizarlo», detalló y recordó, además, la importancia de: «utilizar repelente con renovaciones según indica el envase, o pantalones y mangas largas, al igual que la utilización de telas mosquiteras en aberturas y tules en cochecitos o cunas. Las pastillas o espirales también sirven para ahuyentar a los mosquitos».

Sobre la fumigación, el especialista reveló que la misma se utiliza solo ante la presentación de casos de dengue, como medida de emergencia y con protocolos específicos, no siendo recomendables las fumigaciones preventivas, es decir en zonas donde no hay casos de dengue.

«El insecticida sólo mata a los mosquitos adultos que son alcanzados por la nube de fumigación y sin afectar las formas que se encuentran en desarrollo en el agua, como los huevos o larvas. Entonces, una vez que esos huevos y larvas finalicen su ciclo de crecimiento, tendremos nuevamente mosquitos adultos con el virus nuevamente circulando. Por eso lo más efectivo siempre es recurrir a los métodos preventivos ya mencionados y que se resumen en eliminar los criaderos de mosquitos, mantener el orden de la vivienda, utilizar repelente, y consultar ante la presentación de síntomas».