Desde hace años el Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) se posiciona en el sector científico-académico impulsando diversas líneas de investigación que buscan resolver necesidades de su entorno.

Dentro de esas iniciativas es que se encuentra el proyecto que dirige el docente de Medicina Veterinaria, doctor Gabriel Bó, cuyo objetivo apunta específicamente a proponer alternativas de inseminación artificial ‘a tiempo fijo’, para así lograr que el ciclo reproductivo de las vacas sea más efectivo.

En su paso por el segmento televisivo de la UNVM ‘Diálogos en la Uni‘, Bó, brindó ciertos detalles de este proyecto el cual él mismo considera «beneficioso en términos productivos y ambientales».

«Hasta hace 30 años no teníamos un conocimiento bien concreto acerca de cómo era la fisiología reproductiva de la vaca. Recién a principios de la década de los 90 eso comenzó a cambiar gracias a la implementación de la ecografía, que hoy ya es una técnica usual y que permitió principalmente hacer un seguimiento muy específico sobre el desarrollo folicular», comentó el médico veterinario y sumó: «Es después de ese hito que decimos que hubo que escribir el libro de reproducción de nuevo y desde allí comenzamos a trabajar para la transformación de todos los protocolos de inseminación artificial, en donde aparece un nuevo desafío: mejorar la tasa de preñez».

Al ser consultado por esta iniciativa el investigador comentó que el desafío fundamentalmente consiste en realizar un estudio previo sobre los ciclos de ovulación del animal para así poder estandarizar el proceso de inseminación, posibilitando que la tarea pueda hacerse en conjunto y al mismo tiempo en una gran cantidad de bovinos.

Según relata, originalmente el productor contrataba a una persona que detectaba el celo natural de la vaca y en ese momento se la inseminaba. Eso implicaba que debía estar todos los días en distintos momentos observando las vacas para ver si estas presentaban algún signo de celo y así poder inseminarlas. Con estos protocolos se agrupan los celos en ciertos periodos de tiempo y en lugar de estar todos los días viendo qué animal entra en celo, estos se concentran en cierta cantidad de días.

«Esta técnica aumenta la eficiencia, porque nos permite preñar la vaca mucho más rápido de lo que hacíamos antes», destaca el docente. En tanto que a lo que respecta a la tasa de procreo en Argentina, Gabriel aclara que el país está en un 60 porciento y «deberíamos pasar al 90 porciento».

«Al poder aumentar la tasa de procreo, además de volver más productivo al sistema, podemos reducir hasta en un 35 porciento el uso del agua, un 45 porciento el uso de la tierra y disminuir aproximadamente en un 40 porciento el efecto invernadero. Por eso referimos a un proyecto beneficioso en términos productivos y ambientales».

Mejorar la reproductividad para ser más competitivos:

En cuestiones de producción y venta, la implementación de este tipo de avances permiten que el país pueda volverse más competitivo en lo que respecta a la comercialización de carne, por ejemplo.

En este sentido, el propio Instituto de Básicas oferta, junto al Instituto de Reproducción Animal de Córdoba (IRAC), una Maestría en Producción de Carne Bovina que precisamente, en palabras del docente, «Apunta a mejorar la productividad para mejorar el ambiente y adaptarnos a los mercados».

«Hoy estamos en un mercado nuevo, con algunos clientes que nos requieren menos y otros que nos requieren más y dentro de esos requerimientos lo que se viene discutiendo es la trazabilidad», aclara el especialista y agrega: «Hace poco Europa dejó de comprarle carne a Brasil cuestionando que no tienen un sistema de trazabilidad y los potenciales proveedores que surgen frente a eso son Argentina y Uruguay, por eso es que también comenzamos a trabajar en un sistema que sea capaz de garantizar eso».

«Si logramos captar ese mercado significa que podemos vender carne a un precio que es tres o cuatro veces mayor del precio del producto que se exporta a China, por ejemplo. Aquí la Universidad cumple un rol fundamental en poder generar conocimiento que nos permita ser más eficientes y en esa eficiencia es que avanzamos en una línea que busca mejorar la reproductividad en rodeos para poder empezar a cubrir todos esos mercados que se nos abren».

Perfil del investigador:

Gabriel Bó es docente desde hace más de 10 años en la UNVM, y actualmente se encuentra a cargo de los espacios curriculares de Obstetricia y Biotecnología de la Reproducción y Medicina Aplicada I. En 2022 fue distinguido con el mayor premio de reproducción bovina a nivel mundial, en reconocimiento a su trayectoria y contribución en el ámbito de la investigación sobre reproducción asistida.

Además de su actividad de docencia en el grado, es docente y director del Doctorado en Ciencias con Mención en Agroalimentos y de la ya mencionada Maestría.

Inscripciones al posgrado: 

El plan de estudios de la Maestría en Producción de Carne Bovina prevé un cursado presencial con encuentros cada 45 días y el seguimiento de actividades a través de un Aula Virtual. Las clases comienzan en mayo de 2025 y las inscripciones ya están abiertas. Solicitar más información por correo infoiracbiogen@gmail.com o por WhatsApp 3517592643

 

Sistema de Representación 1 – Nivel I

Preferentemente Diseñador/a Industrial con experiencia en docencia universitaria y conocimientos específicos en el área.

Enviar CV con DNI y datos de contacto a: dindustrial@unvm.edu.ar
Fecha límite: Hasta el 5 marzo

Se trata de una propuesta de investigación aplicada que pretende hacer yogures con ingredientes benéficos para la salud humana. Actualmente trabajan con levaduras y bacterias provenientes del lactosuero.

En el ámbito del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) distintas líneas de trabajo proponen innovaciones con proyección de ser introducidas a la industria alimenticia.

Tal es así, que desde hace algunos años existe un grupo de investigación que está avanzando en ensayos experimentales dentro del Instituto Multidisciplinario de Investigación y Transferencia Agroalimentaria y Biotecnológica (IMITAB) para lograr la generación de alimentos funcionales capaces de traer beneficios para la salud. En este caso, el desafío extra consiste en que la materia prima utilizada para generar ese producto provenga de un subproducto  de la industria agroalimentaria.

En este sentido, el biotecnólogo Abraham Sesín, recientemente fue seleccionado por el Conicet para incorporarse a este equipo con el objetivo de fortalecer el proyecto, el cual describe como de «triple impacto» para el sector.

«Lo que estamos haciendo es trabajar con el lactosuero, que es un subproducto de la industria, de donde buscamos obtener ciertos ingredientes para ser aplicados a matrices alimentarias y así poder desarrollar alimentos funcionales», explica el licenciado y añade: «Lo que hacemos es obtener ingredientes de base biotecnológica mediante la fermentación con microorganismos, identificarlos dentro de ese subproducto, aislarlo y caracterizarlo para, en una siguiente fase, poder microencapsularlo y luego añadirlo a un alimento como el yogurt».

Es importante mencionar que, según precisa el joven investigador, para que un alimento sea considerado de tipo ‘funcional’ además de aportar los requerimientos nutricionales básicos debe generar un efecto benéfico adicional en la salud de los consumidores. Al ser consultado respecto a qué tipo de beneficios buscan en este proyecto, el becario resaltó: «Nosotros trabajamos aislando probióticos y posbióticos del lactosuero y en ellos lo que buscamos es que puedan generar, por ejemplo, actividades antioxidantes, antimicrobianas, citoprotectoras, que promuevan la estimulación del sistema inmune y modulación de la microbiota intestinal».

«En el proyecto también hay una etapa de ensayos que permitirá analizar las formas más óptimas para incorporar esos ingredientes a los alimentos, evitando alterar las características sensoriales de los mismos. En este caso la técnica utilizada será la de microencapsulación, ya que posibilitaría recubrir esos ingredientes para que no se degraden o interaccionen en la matriz donde queremos incorporarlos».

«Si bien en el mercado actualmente existen una gran cantidad de productos con probióticos incorporados, la mayoría de estos son solo de origen bacteriano y lo novedoso del proyecto es que nuestras cepas provienen de levaduras y bacterias extraídas del lactosuero» detalló al respecto y sumó: «Con respecto a las levaduras, en el último tiempo se ha demostrado que poseen  un gran potencial para este tipo de fines, además de que son fáciles de introducir en la matriz productiva y al momento de ingresar al organismo presentan mejores tasas de supervivencia y adaptación al entorno intestinal».

Por último, el licenciado destacó: «Hay un cambio en la conciencia de la alimentación en los últimos años en donde la demanda va hacia productos más saludables, más funcionales, más sostenibles y eso es lo que el consumidor está demandando. Por eso nosotros consideramos que este proyecto es de triple impacto, porque favorece a los productores, de quienes tomamos el lactosuero que para ellos es un desecho; a la industria, a quienes les proponemos un ingrediente funcional y de fácil incorporación; y al consumidor que puede tener de un mismo producto nutrición y efectos benéficos para su salud

Perfil del investigador: 

Abraham es licenciado en Biotecnología egresado de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE), actualmente está radicado en Villa María, cursando el doctorado en Ciencias con mención en Agroalimentos del Instituto de Básicas, en donde lleva adelante este proyecto de tesis que se titula ‘Evaluación de la potencialidad probiótica y características postbióticas de microorganismos aislados de lactosuero libres y microencapsulados para el desarrollo de ingredientes funcionales’, el cual es dirigido y codirigido por las doctoras Yanina Rossi y Mariana Montenegro, respectivamente. Además, participan de esta iniciativa otros becarios junto investigadoras e investigadores del Conicet de distintas disciplinas.

 

 

 

Ética y Legislación – Nivel IV
Con afectación al Taller de Metodología Aplicada

Preferentemente Diseñador/a Industrial con antecedentes en docencia universitaria y con conocimientos sobre Metodología orientada al campo profesional en cuestión.

Enviar CV con datos de contacto especificando en el asunto a que Espacio aplica: dindustrial@unvm.edu.ar
Fecha límite: 20 de febrero

Antropología Aplicada al Diseño – Nivel 1
Con afectación al Laboratorio de Prototipado Rápido

Requisitos: Ser Diseñador/a Industrial, antecedentes en docencia universitaria y conocimientos en herramientas de fabricación digital, incluyendo CNC, impresión 3D y SolidWorks. Se valorará experiencia en proyectos de innovación y desarrollo de productos.

Enviar CV con datos de contacto especificando en el asunto a que Espacio aplica: dindustrial@unvm.edu.ar
Fecha límite: 20 de febrero

Desde la Secretaría Académica del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) informan que se encuentran habilitados los plazos para realizar distintas gestiones. La documentación pertinente para cada caso pueden encontrarla en sus respectivas secciones dentro de ‘Comunidad universitaria’.

  • Adscripciones: para espacios curriculares anuales y del primer cuatrimestre – Hasta el 18 de abril

– Villa María: academica@icba.unvm.edu.ar – Campus de 8 a 14 horas

– Villa del Rosario: sedeveterinaria@unvm.edu.ar – Sede de 8 a 20 horas

– San Francisco: dindustrial@unvm.edu.ar – CRES de 15 a 20 horas

– Villa María: gribero@unvm.edu.ar – Campus de 8 a 14 horas

– Villa del Rosario: bibliotecavdr@unvm.edu.ar – Sede de 8 a 19 horas

– San Francisco: dindustrial@unvm.edu.ar – CRES de 15 a 20 horas

  • Solicitud de equivalencias: para espacios curriculares anuales y del primer cuatrimestre hasta el 11 de abril y para espacios del segundo cuatrimestre hasta el 15 de agosto. Consultas a academica@icba.unvm.edu.ar , consignando en el asunto a qué carrera pertenece.

Se trata de la estructura ósea de un gliptodonte que quedó expuesta a orillas del Río Tercero luego de la última crecida. El ejemplar fue descubierto a la altura de la localidad de Pampayasta por un estudiante de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) que paseaba por la zona y que, gracias a su conocimiento en la temática, pudo dar aviso a las autoridades.

Samuel Colombano es estudiante de la Licenciatura en Ambiente y Energías Renovables que dicta el Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la UNVM y recientemente protagonizó un descubrimiento clave para la reconstrucción paleobiológica de la zona al identificar restos de un fósil a la vera del Río Tercero dentro de la jurisdicción de Pampayasta

«A media tarde del viernes 31 de enero salí a caminar por el balneario de Pampayasta y luego de haber hecho un extenso tramo comencé a transitar una zona de toscas y ya sin tanta arena», relata Samuel. «Cuando comienzo esa otra parte del recorrido, al subirme a una parte más elevada, logro ver a pocos metros un círculo casi perfecto lo que me llamó mucho la atención porque en la naturaleza es algo super anormal ese tipo de formaciones», comenta el estudiante de la UNVM.

Al ser consultado sobre cómo llegó a identificar estos restos comentó: «En un primer momento pensé que era una especie de vasija gigante, por el gran diámetro del círculo, pero al acercarme y quitarle el barro con la misma agua del río pude ver los primeros patrones biológicos de un caparazón y ya cuando vi varios pentágonos uno al lado del otro me di cuenta que era un fósil de un gliptodonte».

Es importante mencionar que no es la primera vez que a la vera del cauce de este río aparecen restos de esta especie, de hecho en 2021 la localidad de Villa Ascasubi fue noticia precisamente por un descubrimiento de este mismo tipo.

«Cuando estuve seguro del hallazgo salí corriendo a buscar mi teléfono y a mi familia con quien estaba pasando el día en el lugar. Posteriormente comencé a buscar la forma de contactarme con las autoridades y, a través de una amiga, logré comunicarme con el propio intendente de Pampayasta quien se acercó a la zona y realizó las gestiones con Provincia para que luego un equipo de arqueólogos del Museo de Ciencias Naturales de Córdoba pudiera comenzar a trabajar en la zona».

Según detalló Samuel, actualmente el equipo de profesionales continúa trabajando para poder recuperar los restos de este ejemplar, cuyo análisis permitirá brindar información clave para entender el ecosistema del pasado.