Desde hace años la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) avanza en distintos aspectos que buscan dar respuesta a las necesidades del entorno y preservar el cuidado del medio ambiente. En ese marco, la doctora María José Galván integra un equipo de trabajo interdisciplinario que propone la generación de biogás a partir del aprovechamiento de residuos de la agroindustria.
Según define la investigadora del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la UNVM, el biogás es un combustible generado por reacciones de biodegradación de la materia orgánica, para lo cual se emplean ciertos microorganismos y posibilitan determinadas condiciones de temperatura. En ese sentido, el grupo de Galván viene avanzando desde el año 2015 en una línea de investigación que consiste en reaprovechar el desperdicio de la industria agropecuaria para tal fin.
Concretamente al ser Villa María un polo agroindustrial, los altos volúmenes de generación de estos residuos convierten a la ciudad en un escenario propicio para el desarrollo de este tipo de iniciativas en donde los desperdicios son utilizados como materia prima para generar un subproducto.
“Estos residuos son para nosotros el sustrato que nos permite obtener el biogás y, a su vez, extraer el digestato, que también puede ser incorporado como un tipo de biofertilizante”, comenta Galván en el marco de una entrevista que brindó en el programa ‘Diálogos en la Uni’ y agrega: «Estamos en una zona que es muy rica en cuanto a reserva de residuos agroindustriales. Nosotros principalmente trabajamos con estiércol, purines, residuos de cosecha y de los frigoríficos, que son efluentes bastante complicados en cuanto a su tratamiento».
En relación a los principales beneficios de este tipo de energía alternativa, la implementación del biogás permite sustituir en cierta medida el uso de gas convencional como combustible, bajando así las emisiones de gases efecto invernadero, entre otras ventajas ambientales. Además, durante su generación, existe un beneficio ambiental extra en tanto se evita la acumulación de residuos por parte de este sector en particular.
En lo que respecta al trazado de políticas públicas que contribuyen a este tipo de desarrollos, la doctora en ciencias de la ingeniería resalta la importancia de promover líneas crediticias que incentiven a productores a introducir mejoras en los establecimiento y continuar vinculando «estrechamente» a la academia con el sector industrial. «Nosotros también tenemos que hacernos partícipes de estos avances. Por ejemplo, hace un par de semanas recibí una invitación para formar parte del clúster BioE, el cual precisamente busca reunir a todas las partes del proceso para mejorar el incentivo de políticas”.
Doble reaprovechamiento:
Según comenta la docente de la Licenciatura en Ambiente y Energías Renovables, dentro de este mismo desarrollo su equipo también lleva a cabo una iniciativa que pretende «adelantarse a un problema». «Estamos tratando de ir varios pasos adelante para que cuando esta industria del Biogás crezca haya también una buena gestión del digestato que se genera a partir de la producción del biocombustible», relató y especificó: «El digestato puede ser utilizado, entre otras cosas, como fertilizante ya que permite retener la humedad y liberar progresivamente nutrientes para las plantas, trayendo además diversos beneficios para el suelo».
En este aspecto, la investigadora resaltó la articulación con otros proyectos de la UNVM, mencionando que trabajan junto con ellos en la prueba de las mejores mezclas de fertilizantes, analizando promotores de crecimiento y rindes de la planta en cultivos como el tomate. A su vez, también se lleva a cabo un trabajo conjunto con la Universidad Nacional de Córdoba, la de Río Cuarto, Tucumán y el Litoral.
Por último destacó la impronta de vinculación con el sector público y privado que tiene este desarrollo en donde desde la Universidad han conseguido trazar alianzas con municipios, cooperativas y plantas como Yanquetruz, 3C y Enreco. «Luego de trabajos conjuntos, varias de estas empresas han incorporado a estudiantes de la UNVM que se formaron en este proyecto de investigación», mencionó Galván y remarcó: “Es un orgullo muy grande”.