En el marco del día del óptico que se celebra cada 13 de diciembre, docentes de la Licenciatura en Óptica y Contactología se refirieron a los desafíos a los que se enfrentan los futuros profesionales que forman en la Universidad. Dentro de los principales trastornos visuales con los que deben trabajar, destacan el preocupante índice de niños y niñas con miopía.
Desde inicios del 2022 el Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) dicta una novedosa propuesta académica a distancia que se centra en formar profesionales con una mirada integral y multidisciplinaria, capaces de atender todo tipo de situaciones vinculadas a la salud visual.
Sabrina Lara y Guillermo Falconaro integran el cuerpo de docentes, que además de desempeñarse en la academia, cuentan con una vasta trayectoria en el campo de aplicación profesional. En este sentido, al ser consultados por los desafíos de la profesión destacaron el acelerado el avance de la miopía en las infancias.
«Los datos recabados por organizaciones internacionales arrojan que los índices de niños y niñas miopes en el mundo venían incrementándose, pero esto se aceleró enormemente a partir del confinamiento decretado durante los meses críticos de pandemia covid-19», inicia Sabrina Lara quien tiene formación en optometría y se especializa en atenciones pediátricas, y añade: «Tenemos que tener en cuenta que un gran número de niños se alfabetizaron a través de dispositivos electrónicos durante los casi dos años que se extendió la virtualización de la enseñanza, pero más allá de eso la tecnología llegó para quedarse»
En relación a esto, Falconaro, quien se especializa en baja visión, resaltó: «Justamente nuestro compromiso como profesionales se basa en poder avanzar en la concientización de la población, propiciando un correcto uso de los dispositivos, entre muchas otras cosas. El ojo es un sistema complejo, por lo que requiere de un cuidado especial. No alcanza simplemente con hacer breves pausas en la exposición de pantallas, porque si bien esto es necesario, también hay que tener en cuenta cómo se usan, las distancias, la fijación y el tipo de iluminación al que nos exponemos más allá de la pantalla en cuestión».
Según señalan los docentes, a la actualidad existen estudios que revelan que en lo que respecta a la miopía si bien hay una prevalencia genética, en su desarrollo influye fuertemente lo social y lo ambiental.
Esto se debe a que el ojo humano, durante su crecimiento, atraviesa un período que se denomina de ‘plasticidad’ en donde se desarrollan y fortalecen todos los músculos que trabajan en la visión. «Hay análisis que indican que el período de plasticidad del ojo de los niños va hasta los 7 años inclusive, por lo que durante esta etapa de la vida es cuando mayor atención hay que brindarle al cuidado del sistema visual», resalta Falconaro, mientras que Lara agrega: «Es sumamente importante que niños y niñas en esta etapa cuenten con por lo menos dos horas al aire libre por día a fin de elongar los músculos que se estresaron durante el uso de dispositivos o por el simple hecho de estar sobreexpuestos a luces artificiales en espacios cerrados».
«La realidad indica que muchas veces los teléfonos o tablets son utilizados casi como chupetes para entretener a los niños y nosotros insistimos en el peligro que esto representa justamente porque, como ya dijimos, es una etapa crucial en el desarrollo del sistema visual y exponerlos a eso, además de las dificultades cognitivas que trae aparejadas, a nivel fisiológico es un agravante en el avance de una población cada vez más miope», enfatiza Falconaro y aclara: «Hasta los tres años no deberían usar ningún tipo de dispositivo tecnológico, a partir de esa edad y los cinco pueden usarlos pero de manera controlada. Lo ideal es que no tengan el teléfono o la computadora a menos de 20 centímetros de los ojos y que luego la exposición a la pantalla la contrarresten con actividades al aire libre»
«El mundo se tiene que adaptar a esta nueva realidad de sobreexposición permanente y ahí es cuando nosotros como profesionales debemos hacer tareas preventivas que es lo principal y luego, en aquellos casos que lo demanden, poder abordarlos buscando siempre garantizarle calidad de vida a las personas», destaca por su parte la optómetra.
Al ser consultados en relación al perfil profesional de la carrera en la que se desempeñan, resaltan el amplio abanico de aplicación que tendrán quienes se egresen de la UNVM.
«Esta propuesta académica es sumamente innovadora en su tipo. En primer lugar, al ser una carrera a distancia, permite que técnicos de todo el país y Latinoamérica puedan acceder a una formación de grado estando en cualquier lugar y así perfeccionar su formación dando respuesta a las necesidades de la población», relata Sabrina y complementa: «En segundo lugar, estamos hablando de una licenciatura que tiene un cuerpo docente formado en las distintas áreas de la óptica, otorgándole una impronta sumamente interdisciplinaria. Por eso creemos que estos profesionales saldrán al campo preparados para conformar equipos que también integran oftalmólogos, optómetras, entre otros».
En tanto que, Falconaro, suma: «Ya habiendo finalizado este primer ciclo lectivo de la carrera, somos testigos del gran avance profesional que han hecho nuestros estudiantes por eso podemos adelantarnos y estar convencidos de que, el año que viene cuando terminen la carrera, se transformarán en licenciados y licenciadas a la altura para atender no solo a esta problemática que nos convoca hoy, sino a todas aquellas que existen y que afectan al sistema visual. Estamos muy felices de ser parte de esta historia que está escribiendo la UNVM y que implica un cambio de paradigma en lo que respecta al rol de los profesionales de la óptica».
Sobre la carrera:
Se trata es un Ciclo de Complementación Curricular (CCC) que tiene sus antecedentes en Básicas con lo que fue la Licenciatura en Óptica Oftálmica, que se dictaba de manera presencial desde 2007 y que se cerró en 2018. Este plan cuenta con 15 espacios curriculares distribuidos en 4 cuatrimestres con una carga total de 1112 horas y los estudiantes podrán cursarlas a través de un Campus Virtual creado específicamente para las carreras que tienen esta modalidad de dictado.
Además, el cumplimiento de la currícula contempla la concreción de prácticas integrales presenciales, cuyos encuentros se llevan cada dos meses en la sede que la UNVM tiene en la Ciudad de Córdoba.